CASA LUCIO

CASA LUCIO, 5 DE DICIEMBRE DE 2008.

Viernes 5 de diciembre, fecha fijada para celebrar nuestra particular comida navideña, el lugar: Casa Lucio, en Barcelona, nada que envidiar al restaurante madrileño famoso por sus “huevos estrellados”. Elección y reserva a cargo de sandman que se une a estas particulares y singulares reuniones gastronómicas, así como también pudimos disfrutar de e_trasto, que bajo expresamente desde Girona para semejante ágape.

Juntados para la ocasión : e_trasto, Dominator, Mr57, sandman y McQ.

Cañitas y vermouth acompañado de unas croquetas caseras y unos rollitos de jamón con higo y alcachofa, haciendo tiempo esperando a los tardones; la bodega invita a crear ciertas expectativas de lo que nos espera una vez sentados a mesa; durante la espera inversiones en Brasil, aventuras en Teruel y descubriéndonos restaurantes de Madrid.

La particularidad de Casa Lucio es la carta...NO EXISTE, el propio Lucio, maitre, camarero, propietario, maestro de ceremonias... canta la carta, puede hacerlo hasta 3 veces, así que los que no tienen retentiva pero si buen paladar pueden ir tranquilos; solo escuchando los entrantes con la explicación pertinente nuestros jugos gástricos empiezan a activarse; decidimos repartirnos los entrantes, 5 platos que nos dejaran sorprendidos ante la buena gama de productos cocinados, la presentación y por encima de todo el placer que resulta de degustarlos; incluimos una pequeña ración de callos, caseros, sin garbanzos ni morcilla, solo tripa, y con un punto medio de picante, realmente esquistos. De los entrantes destacaría la pasta rellena con virutas de foie, el pastel bogavante y el timbal de pulpo con patatas; sandman por ser el organizador es el encargado de escoger el caldo, aconsejado por Lucio se decanta por un Costers del Segre, Viña de Sió, tinto de tempranillo y syrah, agradable y suave, entra y acompaña lo escogido.

Conversaciones en torno a la STASI, métodos de financiación, operaciones encubiertas, huidas más allá del telón de acero... esperando los segundos, chipirones salteados con ajo y perejil, sin ajo para los intolerantes... sepia amb all i oli i montjetas del ganxet, llaminas de bacalla amb rossinyols... un festival en el paladar, todo preparado de forma casera y con ingredientes de primera; más no se puede pedir.

Tras la comida, una tablita de quesos donde destacaría por encima del resto el brie que sirvieron, cremoso y de sabor suave; un mato con mermelada (tres mugronets de mato amb diferents melmeladas, grosella, pressec i mora si no recordo malament...) apurando la segunda botella de Costers del Segre el cachondeo sube decibelios, los otros comensales algunos escandalizados los otros partiéndose la caja con nuestras aventurillas SM... Lucio pide un poco de moderación cosa que consigue con el café, orujo de hierbas y whisky Imperial, un Malta de profundo aroma que me durará el resto de sobremesa.

Cuatro horas después de sentarnos a comer cerramos este encuentro con una cuenta justa por lo comido, bebido y servido, el encuentro y la degustación de semejantes platos valió la pena. Próximo encuentro probablemente en Los Pajaritos, después de fiestas, de esas fiestas que para más de uno son un autentica pesadilla.