Con el objetivo firme de vencer en Le Mans 70, Porsche acomete los cerca de seis meses que faltan para la cita como un banco de pruebas para poner a punto y solucionar cualquier problema en las evoluciones para conseguir una maquina capaz de afrontar la carrera francesa con el máximo de posibilidades para la victoria final, y con el objetivo de ganar el campeonato mundial. Estos meses previos darán resultados de todo tipo, pero aportarán datos suficientes para ir reglando y perfeccionando el 917. Este se bregara en pruebas por América y Europa con diferente suerte. Las citas servirán para ir perfeccionando el 917. La primera prueba en la que compiten son los 1.000Km. De Buenos Aires, una carrera no puntuable para el campeonato. Esta carrera fue todo un acontecimiento en Buenos Aires, desde principios de 1960 no habían vuelto a tener una prueba internacional. Al no ser puntuable el Racing Team Porsche declino participar, dejando esta en manos del equipo privado de David Piper. Los desajustes, averiás y problemas técnicos que acarreaba en su singladura no alumbraba optimismo pero que mejor campo de pruebas que rodarlo bajo los parámetros de la competición y trabajar directamente sobre el terreno para luego ir mejorando y aportando las mejoras necesarias para presentar un coche digno de la marca alemana. Sobre el fracaso se cimentá la base de un gran éxito.
Logro la Pole y lidero gran parte de la carrera en sus inicios. La superioridad del 917 (100 HP de diferencia con el resto de participantes) hizo que Piper pilotara tan agresivamente que en un acto de prepotencia idearón mal la estrategia de carrera, lo correcto en este caso era tomarse la carrera con cierta mesura, esta agresiva conducción remarco las dificultades del 917 para doblar, especialmente en las curvas lentas y en una de estas se termino su participación por un esperado "fuori-pista", en el turno de Redman, que sacó de alineación mas aún a la suspensión delantera.
Brian Redman pilotó de forma extraordinaria, mantuvo domada a la fiera del 917 y capitalizar el imprevisto provocado por el Lola de los "turistas" Rey-Berney.
Porque según sus propias Redman declaro : cuando marchaba a fondo en la recta opuesta a los boxes, el Lola Nº44 me encerró, justo cuando iba a pasarlo se abrió hacia el centro de la pista, me obligo a salir de pista, recorrió 300 metros dando saltos, encegado por el polvo hasta que se detuvo con el tren delantero, la carrocería y la dirección averiados. Obviamente provocó el abandono, pero antes el 917 se detuvo varias veces por excesivo desgaste de los neumáticos y el consumo de aceite uno de los grandes problemas que acuso siempre el 917.
Para la carrera se modifico la puesta a punto de la suspensión delantera, ya que en la Pole el auto era completamente subvirante (tendencia a hacer trompos).
Estilizado en su perfil desde su debut, para mejorar el desempeño en circuitos de velocidad mediana (cola casi en cuña y corta), los neumáticos delanteros exigían unos de de 10" 1/2 pero Piper-Redman sólo dispusieron de rodamientos de 9" 1/2 disminuyendo por consiguiente el poder de viraje requerido para el tren delantero respecto del trasero. , mediante un cambio en la geometría lo intentaron resolver y apaciguar , pero la variación provocó el consumo excesivo y rápido de los neumáticos.
Redman, alertado, copiaba los radios de giro sin hacer deslizar el auto, para evitar que se agravara el problema, pero con el reglaje y esta conducción no pudo mantenerse en punta. Redman y Piper demostraron su profesionalismo, sobre todo éste último, "capo scuadra" del equipo bajo la lejana tutela de Stuttgart, pero poco más pudierón hacer en este primer tes real.
La victoria se libraría entre Matra y Alfa Romeo. El equipo italiano, con un Alfa Romeo 33 sorprendió con su agilidad para virar y la potencia del pequeño V8 de 3000 cm³, mas sorprendente aún fue el Matra 650 de Jean Pierre Beltoise y Henri Pescarolo, mostrando un equilibrio necesario para triunfar; manejable, ágil, no tan potente como los Alfa , pero con los suficientes HP como para disputar la cabeza. Impecablemente conducido por Beltoise artífice principal de la victoria y muy bien dirigido desde boxes, una victoria excelente en Buenos Aires para un coche sin demasiadas pretensiones.
De los participantes destacar el Porsche 908, conducidos por los catalanes Soler Roig- De Bragation (Nº12) de la Escudería CS y Juan Fernandez-José Juncadella (Nº14) de la Escudería Montjuich. Legendaria rivalidad entre estos dos míticos equipos de aquella época más tarde unidos en el 72, ejemplo de la afición que siempre ha tenido el automovilismo en Catalunya.
Los Lola, pesados y sin poder de aceleración de los Sport Prototipos y los regulares Ford GT40 poco fiables en estas carreras.
Piper & Redman llevarón su 917 a los talleres de Horacio Steven, constructor argentino de fama internacional, para efectuarle algunas soldaduras en el chasis y arreglos de carrocería tras la salida de pista. Pero no era esta la semana de los 917, decepcionaron en la segunda prueba no puntuable, llegarón tarde a los libres del viernes, sin poder realizar pruebas, en las calificaciones lograron un decepcionante 7º puesto y el domingo no llegaron a completar dos vueltas de la 1ª serie debido a la rotura del selector de la caja de cambios que los obligo a abandonar definitivamente. En esas dos vueltas se comprobó que seguía con un comportamiento subvirante como le sucedió la semana anterior en los 1.000 Km de BA.
Las 200 Millas de Buenos Aires, tampoco puntuaban para el campeonato mundial, fueron ganadas por Andrea De Adamich y Piers Courage al mando de un Alfa Romeo 33.
Una vez analizado el problema se concluyo que este estaría motivado por la cola corta del prototipo utilizado en Argentina, en lugar de la larga, con la que los 917 tenían una excesiva tendencia a sobrevirar.
Mientras Porsche y el Equipo de John Wyer realizaban exhaustivos ensayos previos a la primera carrera puntuable, el 1 de febrero del 70, las 24 horas de Daytona.
Ferrari hace debutar su modelo 512S, un modelo no homologado en ese momento por la FIA, con lo que su puntuación no se acreditaba. Andretti con el caballino rampante consiguió la pole pero la realidad era que el 917 era mas rápido, lo que no deja de ser un contrasentido, los Ferrari con 500 centímetros cúbicos de ventaja sobre los germanos, no pudieron hacer valer la diferencia (Ferrari 4994 cm3. y Porsche 4494 cm3), lógico por otra parte ya que si bien los italianos tenían una maquina competitiva, la superioridad de los Porsche era debida al rodaje de estos. Los de Maranello pagaban el “derecho de piso”, mientras los de Stuttgart ya con la solvencia contrastada de un auto rodado y testado solo tenían de esperar a la luz verde para salir a por la victoria, la noche previa a la carrera los alemanes dormían plácidamente mientras los italianos trabajaban a contrarreloj para pulir los últimos detalles de cara a la prueba.
Un problema de alimentación de combustible obligó a trabajar intensivamente en los cinco 512S hasta altas horas de la madrugada. Ese inconveniente reapareció en carrera obligando a varios Ferrari cargar cada 50 minutos debido a los problemas en la bomba de combustible.
Sólo el Ferrari de Mario Andretti-Arturo Merzario era competitivo y daba guerra a los alemanes, sobre todo en los turnos de Andretti, atacando al Porsche de hasta que una fisura de considerables dimensiones en la cola derivó en una larga y complicada parada en boxes. De todas formas, con o sin problemas de rodaje y reglajes los alemanes doblaban mejor, tenían mejor aceleración y la caja de cambios era mucho más suave. Los Ferrari a pesar de ser más veloces, tenían serios problemas de frenada, no estaban suficientemente testados y rodados y su chasis era excesivamente frágil, el motor se resentía de la falta de horas de rodaje y un punto de precipitación y prisas en el desarrollo del proyecto del 512S.
El 917 de Siffert-Redman parecía lanzado a la victoria, todos apostaban por ello pero un neumático, el desgaste de los frenos y unos problemas en el sistema eléctrico lo impidieron; el otro 917 a los mandos de Rodriguez-kinnunen se alzaría con la victoria.
En la mañana del domingo, Siffert victorioso del duelo particular con Andretti se lanzo a reconquistar la segunda plaza, en un avance impresionante, girando al límite en los peraltes y marcando vuelta rápida, el suizo le descontó 6 vueltas en una hora (entre las 10 y las 11), pero la espectacular ronda de Siffert solo le reporto el segundo puesto a 45 vueltas de Rodríguez-Kinnunen.
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PORSCHE-917 -LA LEYENDA :
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