No creo que sea una casualidad que el manuscrito hallado en Zaragoza sea uno de los films preferidos del genio de Calanda, se unen ciertos paralelismos del imaginario de Don Luis con la novela y sobre todo con el film de Wojciech Jerzy Has. El mundo onírico y fantástico, surrealista y hasta cierto punto salvaje y cruel tan evidente en Buñuel, encuentra en esta película polaca muchos puntos en común.
Luis Buñuel adoraba la filmografía de Wojciech Jerzy Has y en alguna ocasión dijo que «El manuscrito hallado en Zaragoza» era una de sus películas favoritas. Importantes cineastas, como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, David Lynch o Lars von Triers, también son admiradores de este film. Son Scorsese y Coppola, junto a Jerry García (el cantante de «Grateful Dead»), los responsables de la financiación para la recuperación del negativo de la versión íntegra de la película, recortada para su exhibición internacional. Gracias a ellos hoy podemos disfrutar de ella al completo y con una calidad aceptable.
W. J. Has estudio artes en una escuela clandestina de Cracovia durante la ocupación nazi, algo especialmente peligroso por su condición de judío. Has juntando el horror de la guerra y la magia del arte, comienza su genial adaptación de la novela de Jan Potocki, «El manuscrito hallado en Zaragoza».
En plena lucha por la ciudad de Zaragoza, en las guerras napoleónicas, dos soldados enemigos se encuentran alrededor de un manuscrito bellamente ilustrado. Ambos, enseguida, se quedan prendados de esas ilustraciones, especialmente el español, al descubrir que el texto del manuscrito habla de su abuelo. Ambos se ponen a leerlo mientras la batalla arrecia fuera y la ciudad es arrasada por el bombardeo.
La historia también tiene algo de naufragio, el de un hombre, su protagonista, cuando se extravía en las serranías de Andalucía camino de Madrid. Allí se encontrará con todo tipo de curiosos personajes: cabalistas, inquisidores, soldados, nobles extravagantes, monjes eremitas, mendigos poseídos, bandoleros (vivos y muertos), posaderos, hechiceros, jeques árabes, gitanos… y un par de bellas y enigmáticas princesas, si bien nunca quedará muy claro si son realmente eso que dicen ser o dos súcubos, demonios del sueño que arrastran a nuestro protagonista a todo tipo de enredos y tentaciones. Y no serán las únicas bellas mujeres que pueden ser, o no ser, demonios, pues en un momento se plantea la posibilidad de que el propio protagonista sea hijo de uno de esos atractivos demonios femeninos que pueblan la sierra. Estos demonios no son retratados como fuerzas del mal, sino más bien como fuerzas de la naturaleza, el destino y el misterio, más cercanos a las hadas del folclore pagano (no a las de los cuentos infantiles) que a los súcubos del cristianismo.
Al final no tendremos claro si ese naufragio ha ocurrido en el mundo real, un mundo lleno de magia y hechicería, eso sí, o en el mundo de los sueños, pues el relato arranca cuando el protagonista queda dormido bajo el cadáver de unos ahorcados… y finaliza con el despertándose en ese mismo lugar, si bien, de su largo periplo se trae el grueso volumen donde escribirá el manuscrito que será hallado por su nieto y el otro soldado. El mundo de los sueños no sólo está presente en esa ambigüedad, sino también en la abigarrada y barroca escenografía surrealista que inunda toda la película: elementos tomados de la realidad pero dispuestos de una forma que resulta sorprendente, inesperada y evocadora. La planificación recuerda a la de Buñuel, con amplios y elegantes planos generales, complejas puestas en escena y algunos recursos de cámara o de montaje realmente originales, como el narrar un duelo a través de primeros planos de sus participantes, con las sombras de las espadas flotando alrededor de sus rostros.
La banda sonora de Penderecki, compuesta específicamente para la película y en la que demuestra que, además de su habitual música experimental, domina perfectamente los registros más clásicos, contribuye a crear ese el tono de ensoñación que impregna toda la película.
Las tramas no se disponen de forma continua o en paralelo, sino que forman un complejo juego de muñecas rusas. Empezamos viendo una escena de batalla a principios del siglo XIX y, dentro de ella, un personaje comienza a leer ese manuscrito que nos lleva a la historia del protagonista, que por momentos deambula por la sierra y por momentos se duerme y sueña (y sueña que está en la sierra, claro) y se vuelve a despertar. Y, por si fuera poco, nuestro protagonista se encuentra a personas que le cuentan historias, y en esas historias otras personas cuentan historias que también vemos y dentro de las cuales aparecen nuevos relatos… cuyos personajes y acontecimientos se van entrecruzando unos con otros creando un complejo laberinto narrativo en el que, al final, todo acaba estando relacionado con todo...
Por ese barroquismo y esa complejidad narrativa, por su uso del humor y por la importancia que le da a la mujer y al sexo, se ha considerado a W. J. Has el «Fellini polaco», si bien también podría llamársele el «Buñuel polaco»… pero creo injusto compararlo ya que el polaco crea y tiene su propio estilo.
La filmografía de Wojciech Jerzy Has parece moverse entre dos extremos aparentemente muy diferentes: películas como ésta o «El reloj de arena», oníricas y barrocas, u otras como «La muñeca» o «Despedidas», más realistas y que destacan por el preciso y penetrante análisis psicológico de sus personajes y el entramado social que les rodea. Quizá la distancia no sea tan grande, y sólo varíe el camino que W. J. Has emplea para entrar en las complejidades de la mente del ser humano: su conducta o sus sueños.
NOVELA :
Manuscrito encontrado en Zaragoza (Manuscrit trouvé à Saragosse), de Jan Potocki (1761-1815), novela gótica publicada en 1804 y 1805, publicada en dos partes. Catalogada como novela fantástica.
http://www.youtube.com/watch?v=dK_-ljBGsjs&feature=related
PELICULA :
TÍTULO ORIGINAL : Rekopis znaleziony w Saragossie
AÑO : 1965
DURACIÓN : 182 min.
PAÍS : Polonia
DIRECTOR : Wojciech Has
GUIÓN : Tadeusz Kwiatkowski (Novela: Jan Potocki)
MÚSICA : Krzysztof Penderecki
FOTOGRAFÍA : Mieczyslaw Jahoda (B&W)
REPARTO : Zbigniew Cybulski, Iga Cembrzynska, Elzbieta Czyzewska, Gustaw Holoubek, Stanislaw Igar, Joanna Jedryka, Janusz Klosinski
PRODUCTORA : Kamera Film Unit
GÉNERO : Fantástico, surrealista.
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