A simple trazo, diría que Belle de Jour es de las películas más sencillas dentro de la filmografia de Don Luis, el lado oscuro mostrado por Buñuel hoy esta más que superado, más lo realmente atractivo del film, visto hoy, es la dulce fantasía, elegante expresividad de perturbadora ternura, la fragilidad de la desnudez de los cuerpos filmados; en su transgresión Belle de Jour es un disparo certero a la burguesía, a la mujer burguesa, aburrida, la tentación a la que no se resiste una mujer que fantasea con un prostíbulo, algo a lo que en su rígida moral es vetado y prohibido, casi negándose su existencia. La moral, hipócrita, de esa burguesía que expulsaría a un miembro de esta si se la relacionara con estas practicas y estas fantasías. Una clase social enferma terminal, infectada por sus reprimidas normas de conducta.
El miedo escénico que es para Severinne el burdel, la esposa modélica, mantiene un pulso constante con sus deseos de ser maltratada, vejada sexualmente, usada, ser un mero objeto de carne, ser puta y sentirse puta.
Severine, esa niña que soñaba con ser maltratada y humillada para sentir placer, llega al matrimonio donde tampoco vera colmados sus sueños y fantasías, esa niña con sueños incestuosos, miradas lascivas y bragas humedecidas, anclada en un matrimonio frío, su marido no es perverso ni cruel, y no actuara como ella necesita; nada mata su deseo de sufrir en brazos del amor que su clase social le niega.
Ansiedad porque los sueños no puedan vivirse, ahogándose en penas y mentiras a quien dice amarte por encima de todo... si supiera que ama a otro desde el principio...
Y a medida que avanza el metraje, las dos Severinne se van acercando hasta que la puta devora a la burguesa , finalmente Severinne pagara su sueño tranformandose en la abnegada esposa que ha de cuidar de por vida a un marido invalido y sabedor de la conducta amoral de su esposa, o en otra visión, la esclava se convertirá en Ama de su antiguo Amo, la lectura esta abierta.
La fascinación que me produjo la primera vez que vi Belle de Jour tardo en irse de mi mente, golpeaban imágenes y sensaciones que encendían excitaciones indefinidas. Preguntas sin respuesta ante ese interior del alma femenina, del que conocemos tan poco los hombres, quizás sea una de las fascinaciones por el sexo opuesto, la mente de una mujer siempre sera nuestra obsesión inalcanzable, ese oscuro objeto del deseo, y eternamente desconocida, nunca conoceremos a las mujeres en su interior.
Y ese misterio que filma Buñuel de una forma extraordinaria, relatando la historia de Severinne a según que edad, responde a preguntas inocentes o despierta fantasías que nos acompañan a lo largo de toda la vida.
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