FUENTE: EL PAIS, ANDRÉS JAQUE
Hace cinco años salio el resultado del concurso para estudiantes de la revista Quaderns convocado para el diseño de 400.000 viviendas en tres localizaciones de Cataluña. Zuloark gano dos de los tres solares
¿Quién es Zuloark? "Zuloark es el que se siente Zuloark". Así lo definió el propio grupo.
Es la explicación que un grupo de jóvenes arquitectos dió entonces de sí mismos.
¿Que hacen? ¿Cómo trabajan?
Todos los que han llegado a verse y han sido vistos como zuloarkables tienen acceso a las zulo-cuentas de correo electrónico. Hoy en día son más de cuarenta los arquitectos o estudiantes de arquitectura que llegan a enterarse de los nuevos encargos y tienen la opción de participar, como socios de pleno derecho, en su desarrollo. Algunos colaboran en la distancia, en zulos conectados desde París o Berlín. Los honorarios se reparten de manera proporcional al tiempo que cada uno dedicó.
Un 10% se reserva para pagar los gastos de la antigua academia, en el madrileño Barrio de las Letras, que cumple las funciones de sede social.
Hay dos condiciones para mantenerse en el grupo; comprometerse a ser generoso con los conocimientos y las habilidades que cada uno atesora y asegurarse de acreditar la producción del grupo únicamente a la marca corporativa Zuloark (www.zuloark.com).
Cada uno hace lo que sabe hacer bien, al tiempo que enseña y aprende de los otros. La principal motivación del grupo es es la hambruna de habilidades propia de profesionales de la era 2.0.
Reconocen Zuloark "como el máster que nunca habrían podido pagar".
En cada proyecto, pactan estrategias de diseño generales, y cuando llega el momento de la resolución en detalle, la decisión la toma el que en ese momento está haciendo el trabajo.
"Si algo no te convence, ¡añádele algo más!".
No consensuan, lo que los difiere de otros colectivos, Zuloark encuentra fórmulas para que producciones singulares, y casi siempre individuales, puedan enlazarse con otras y proporcionar un producto que compita con proyectos de voz única.
Cuando tienen tiempo libre, acumulan en sus discos duros para después tener material que remezclar. Sus proyectos contienen remakes, sampleados, versiones y suecadas de los últimos veinte años de la arquitectura contemporánea. Rara vez hay un paso atrás, cada entrega es el registro actualizado de lo que ocurrió desde que alguien comenzó a trabajar. Si hay una constante en su trabajo es la de utilizar los soportes disponibles como oportunidad para redefinir espacios sociales. Catálogos de arquitectura que aprovechan las técnicas de interacción desarrolladas para los álbumes de cromos, un jardín en un patio de manzanas que reconfigura las relaciones de una comunidad de vecinos, webs para generar relaciones interpersonales o el espacio expositivo-chill-out-reciclable COAM en la Escuela de Arquitectura de Madrid.
A pesar de su visibilidad, por el momento sus ingresos no superan a los de un estudiante empleado en una oficina asentada. A base de echar horas sin echar cuentas y explotar su posición privilegiada ante la brecha digital, pueden producir para un concurso de propuestas arquitectónicas una densidad de píxeles por centímetro cuadrado de panel, que la oficina asentada jamás podría encajar en una contabilidad normalizada.
Han sido invitados por los arquitectos Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón a convertirse en directores adjuntos de la X Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo.
En la era de las retóricas copyleft y de los relatos idealizados del desarrollo cooperativo de Linux, son una referencia para una parte de los jóvenes arquitectos españoles. Sus dibujos, los colores que utilizan, las composiciones de sus paneles de concurso o los iconos con que hacen comprensibles sus propuestas son imitados. La fórmula encaja con los planes de muchos arquitectos debutantes que prefieren aprender por su cuenta lo que otros esperan conocer trabajando en un estudio de prestigio.
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