Cuando, de pronto, un conejo blanco, con grandes ojos rosados, se cruzó ante ella… "Es tarde, es tarde, ¡Voy a llegar demasiado tarde!"…
Pero cuando el conejo sacó un reloj del bolsillo de su chaleco para consultar la hora, la niña dio un respingo al darse cuenta de que en su vida no había visto un conejo vestido con americana y chaleco…
Alicia se introdujo también en el agujero del conejo,
sin pensar que una cosa era entrar y otra muy distitna salir de allí.
Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas.
Lewis Carroll.
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