Una soleada mañana de marzo, fuerte brisa que rizaba el mar, llegó por babor, escorado y navegando a cuatro nudos decidió que era el momento de pasar a la acción. La ato desnuda de cintura para arriba, en el cabestrante, el grueso cilindro abrazaba por esa piel, suave y palida.
Él fijó la caña del timón dejo seguir a barlovento, cogió el latigo de 9 colas, balanceandolo suavemente en su mano izquierda y con cierta solemnidad se dispuso a ejecutar el castigo; las 9 cuerdas con nudos en los extremos silbarón en el aire y golpearón la espalda desnuda y tensa de ella, que lloraba y daba alaridos lastimeros, él pegaba duro, con firmeza, para terminar rápido, podria ser un cabrón, pero no era insensible, repitio ese acto 12 veces, miro su cara entre lagrimas y sollozos esgrimia una sonrisa llena de complicidad y afecto; le encendio un cigarrillo mientrás desataba sus manos del cabo del cabrestante y refrescaba sus heridas con un paño frio, seguidamente la ató al bauprés, de forma enroscada dejando al sol su espalda desnuda y marcada.
Y puso rumbo a la Isla Blanca continuando su particular Ruta de la Sal.
4 comentarios:
Le preguntó ese cabrón por qué lloraba....?Aunque, ambos tendrían sus razones no?
Era obvio porque lloraba. Si tenia el suficiente poder para destrozarle la espalda, el conocimiento que él tenia de ella incluso se transmitia en sus silencios... No lo cree así MistressMoon?
Y ese silencio duele más que 1000 latigazos.
El conocimiento, aún más
Sensual... ojalá el que hubiera podido ser mi Amo actuara así cuando nos vemos... Ainssss... sumisa sin Dom... alma sin cadenas y encadenada a lo imposible... Sueños, sueños...
Besos, hermoso post,
Jezabel.
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