domingo, 4 de julio de 2010

JOHNNY GUITAR.

JOHNNY GUITAR.

Un jinete solitario recortado sobre un paisaje árido y agreste, el comienzo típico de muchos westerns, la calma enturbiada por dos explosiones y el asalto a una diligencia; dos pinceladas para que Nicholas Ray situé y desencadene el drama en uno de los westerns más atípicos de la historia del cine. En apariencia de morfología típica pero que esconde caminos más tortuosos, Ray pone sus piezas en un marco áspero y violento, no para magnificar el espíritu pionero del hombre, sino más bien donde hombres y especialmente mujeres darán rienda suelta a todas sus ambiciones y pasiones, a sus sentimientos más profundos.


Ese jinete solitario llega a un saloon en medio de la nada, bajo una fuerte ventisca, nada justifica su emplazamiento, solo la pincelada maestra de Ray nos informara antes de caer en el absurdo del escenario que por ahí pasara el ferrocarril, dando cierta lógica a la existencia del edificio; los engranajes empiezan a rodar y esa diligencia se detiene en el lugar, la entrada en escena de Emma (Mercedes McCambridge), hermana de la persona fallecida en el asalto, emana no el dolor por la perdida si no la exasperación y la ira que siente hacia la dueña del local, Vienna (Joan Crawford), furia contenida, un conflicto ya existente y macerado durante mucho tiempo, donde intuimos no solo un odio enraizado por la lucha de poder, si no también algo mucho más profundo e interno. La presencia de ese jinete, Johnny Guitar (Sterling Hayden), no es relevante ni es la chispa que enciende la mecha, asiste como simple espectador, pero en su agudizada percepción presiente la magnitud de la tragedia que se va a desencadenar cuando aparecerá en la historia el cuarto elemento, Kid Dancer (Scott Braddy) con su banda.
Con la aparición del ultimo elemento lo oscuro y diáfano, lo incomprensible hasta ese momento se torna claro, flota ya la razón y el motivo de la tensa atmósfera que se respira en el escenario; las pasiones reprimidas y los ocultos sentimientos no han estado nunca mejor filmados que en la escena del baile entre Emma y Kid.
Ray realiza una película de anti héroes, no hay sentimientos nobles, solo ambiciones personales, venganzas por cumplir, deseos de salir de su condición, sin escrúpulos; no importa el medio para conseguir el fin.
La historia entre Vienna y Johnny se remonta a cinco años atrás, un fracaso sentimental; el sigue siendo un errante sin un lugar en el mundo, ella pagando un precio muy alto esta a punto de conseguir su ambición, con una frase resume muy bien como lo ha conseguido : “La suerte nada tuvo que ver con esto. Un hombre puede robar, matar; si conserva el orgullo sigue siendo un hombre. Una mujer si resbala una vez, es una furcia”. Su rencor se funde en el amor reencontrado, amor lleno de incertidumbres y lagunas pero que deja ver y salir lo mejor de ella misma.

Ante Vienna, encontramos a Emma, poseída de un odio y una ira hacia la mujer que considera rival, no por ambiciones encontradas sino por la relación amor-odio con Kid dancer; por esa misma deriva Emma se odia a si misma, es una muestra de la debilidad de su condición femenina, es donde intuimos que su odio hacia Vienna va más allá de lo formal y siembra dudas respecto a su condición.

Es esta una película donde estos dos personajes femeninos tienen una fuerza tan desarrollada, un interior tan magnético en sus luchas que de un plumazo apagan y palidecen cualquier interés que pueda suscitar alguno de los personajes masculinos, solo Johnny con un par de inputs nos dará cierto inetres hacia por su persona; de vuelta de todo y desencantado, con ganas de ser olvidado y hasta de borrar su nombre, expectante y con cierto rencor y amargura por el reencuentro con la persona que ama se convertirá en protector de ella pero ajeno a otras luchas. Kid por su parte representa el instrumento desencadenante del drama, ni bueno ni malo, un simple aprovechado de la situación en la que vive, conocedor de su atractivo para con las mujeres y en especial para con Emma, su reacción cuando ella le dispara es de absoluta sorpresa, la muerte de él es una victoria para ella, la única grieta en su marmóreo carácter.

Historia de pasiones y violencia es la mano de Ray la que mejor transmite todas estas sensaciones que emanan de la pantalla, con una fotografía excelente y un posicionamiento de cámara, con encuadres antologicos, transmiten toda la fuerza de la imagen; nada esta oculto, se muestra claro, nitidez absoluta a flor de piel, el uso del color como expresión de situaciones o estado de animo, el sonido capaz de contar historias dentro o fuera de imagen, perfectamente coreografiada con la banda sonora.
También destacaría la influencia perceptible de la arquitectura de Frank Lloyd Wrigth (el arquitecto de Fallingwater House) en el trabajo de la dirección artística, el decorado del bar con sus paredes desnudas de roca viva, la estructura de la planta superior o la propia cabaña-refugio de Kid en lo alto de una colina son reflejo del concepto de espacio con el que trabajaba Wright.
Para algunos un film político, alegórico de la época negra del Hollywood, victima del maccarthysmo, para la mayoría una cascada de emociones, pasiones, sentimientos, sobre mujeres y hombres, una película de amor profunda y atormentada como pocas en la historia del cine.

Un juego con los arquetipos y el destino propio de una tragedia griega, simbolismo subliminal y coloristico en el lenguaje de la modernidad, el aspecto onírico que recubre toda película mítica, creyendo haberlas soñado en una especie de déjà vu; película sobre el bien y el mal, sobre el destino, sobre el amor, sobre lo que se dice y no se dice, personajes que no son lo que son, Johnny Logan [Logan foneticamente suena low-gun, que significa Señor Revólver], un Orfeo que baja al infierno en busca de su amada; la rigidez moral y estricta de Emma, una vez más retrato de la hipocresía de la sociedad reprimida, la música como instrumento para acallar y apaciguar fieras, y evidentemente el retrato de la soledad impuesta, pero de la que se quiere escapar en manos de la mujer o el hombre de su vida.


FICHA DE LA PELÍCULA:
TITULO ORIGINAL: Johnny Guitar
AÑO: 1954
DURACIÓN: 110 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Nicholas Ray
GUIÓN: Philip Yordan (Novela: Roy Chanslor)
MÚSICA: Victor Young
FOTOGRAFÍA: Harry Stradling
REPARTO: Joan Crawford, Sterling Hayden, Scott Brady, Mercedes McCambridge, Ward Bond, Ernest Borgnine, John Carradine, Royal Dano, Ben Cooper.PRODUCTORA: Republic Pictures.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Reposiciones que no importa que se repitan una y otra vez.