Sorprendido por la rica y sabrosa gastronomía granadina, variada y con unos productos de altísima calidad de esta tierra andaluza, que conserva raíces de la cocina árabe y es fiel a sus tradiciones culinarias, descubro el Restaurante Las Tinajas, otro gran centro del yantar granadino, con una decoración muy noble y clásica, madera, salones elegantes y bien acondicionados, mesas con detalles cuidados y un servicio más que agradable, atento y profesional.
Una cocina tradicional con toques de nueva cocina dan a los platos un aire fresco y renovado de sabores anclados en la tradición gastronomica de la zona, la carta extensa y rica en variedades, pescados, tortillas, tapas, carnes, excelente bodega que posee incluso vinos propios de alta calidad, es para decantarse mas que por carta por un menú degustación pero será en otra ocasión.
Iniciamos el ritual con unos entrantes espectaculares, jamón, quisquillas de Motril, corazón de alcachofa relleno de foie que es un entrante que te deja el paladar lleno de toda la potencia que presenta el denso gusto del foie con la ligera amargura de la hortaliza tierna y jugosa, y para terminar el primer y sinfónico acto una tortilla Sacromonte bañado con un Las tinajas, tinto, Roble de alta intensidad frutal, denso, acentuando los sabores de su maceración en roble francés.
La presentación de los platos es un festival visual y una provocativa tentación a caer en el pecado de la gula.
El ambiente acompaña, calido lugar que incita a conversaciones amenas, recordando los momentos vividos en la Alhambra y el Jeneralife, algo más que monumentos, donde se respira un ambiente especial y uno se encuentra ante un protagonista de la historia no solo de España, tertulia acompañada por el vino que a forma de apuntador incita a desinhibirse pausadamente mientras llegan los segundos escogidos.
Una carrillera ibérica estofada con manzana, y cebolla caramelizada y unas Supremas de Rape con pasas piñones y cebollitas al vinagre de Jerez; sabrosos platos que casan perfectamente con el tinto escogido, el Ribera del Duero lentamente amortigua el denso y consistente espectáculo degustativo, compañero de viaje de esta mesa que a buen seguro recordare largo tiempo.
El carro de postres es una extensa y rica variedad de la repostería andaluza, todos los productos son caseros y ante tanta variedad, uno que es goloso imagina a quien lo sea como decidirse, me veo desbordado por la indecisión a la hora de escoger, finalmente me decanto por un trozo de tarta de tres chocolates que acompañare con café de rigor y un malta Glenn Rothes para cerrar unos días fantásticos en una tierra maravillosa.
Precios razonables pero no baratos, recomendable totalmente y con ganas de volver a Las Tinajas y por ende a Granada, tierra de reconquista.
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