domingo, 20 de noviembre de 2011

Cosmos : 壇の浦の戦い


COSMOS by Carl Sagan.

Les contaré una historia de un pequeño fragmento de la música de la vida.
En la historia humana en el siglo XII los guerreros Heike gobernaban Japón. El jefe nominal de los Heke, el emperador del Japón era Antoku, un niño de 7 años. Su abuela Lady Nii, era su tutora. Los Heke tuvieron una guerra sangrienta contra los Genji, otro clan de samurais. Ambos clanes se atribuían derechos ancestrales para el trono imperial. La batalla decisiva ocurrió en Danno Ura en el mar interior del Japón, el 24 de abril de 1185. Los Heike fueron superados.
Al ver su causa perdida los Heike supervivientes se lanzaron y ahogaron en el mar. La abuela del emperador, Lady Nii no quiso ser capturada por los Genji.
“La leyenda de los Heike” cuenta lo ocurrido : Antoku preguntó a su abuela : ¿Donde me llevas?
Ella miró al niño y, con lágrimas en los ojos lo consoló. Llorando el niño junto sus pequeñas y hermosas manos. Primero miró al este para despedirse del Dios Ise y luego al oeste para rezar al Buda Amida.
Lady Nii lo tomó en brazos y diciendo : En el océano está nuestro reino se hundió con él bajo las olas.





La destrucción de los Heike en Danno Ura fue el final de un gobierno de 30 años.

Los Heike casi desaparecierón de la historia. Sólo sobrevivierón 43 mujeres.

Estas Damas de honor de la corte imperial tuvierón que vender flores y otros favores a los pescadores del lugar de la batalla.

Estas mujeres y su descendencia crearon un festival para conmemorar la batalla.

Hasta hoy, el 24 de abril de cada año sus descendientes van a Akama. Allí hay un mausoleo de Antoku, el emperador ahogado a los 7 años.

Realizan una ceremonia recordando la vida y muerte de los guerreros Heike.









Pero hay una extraña postdata en esta historia : Dicen los pescadores que los samurais Heike aún pasean por el Mar Interior en forja de cangrejos. Los cangrejos locales tienen curiosas marcas en el dorso. Los dibujos parecen rostros humanos con el ceño fruncido del guerrero samurai del Japón medieval. Los cangrejos Heike no se comen. Se devuelven al mar conmemorando los tristes hechos de la batalla de Danno Ura.

Esta leyenda tiene un bello problema . ?Cómo se consigue que el rostro de un guerrero se grabe en el dorso de un cangrejo? ¿Cómo es posible?



2 comentarios:

angzalais dijo...

Lo más hermoso de creer es el acto en sí mismo de creer, la sensación que produce el no buscar más allá ni preguntarse nada.

Lo más doloroso de creer es el acto de fe, la sensación que produce cuando sin querer nos hacen dejar de creer.

Me gustan las leyendas, las historias, lo cuentos, los recuerdos inventados...

Petons

McQ dijo...

Creer ... acto de fe... No buscar más allá ... Demasiado espiritual para relacionarlo con la ciencia.

La leyenda es una leyenda, los hechos, causas y razones por las que el cangrejo presenta estas marcas forman parte de lo que se conoce como selección artificial, base en la que Charles Darwin se inició para en su viaje en el HMS Beagle empezar a desarrollar sus teorías sobre el origen y evolución de las especies.

Hermosa leyenda, pero solo eso, leyenda.

Los guerreros ahogados acabaron no en el dorso del cangrejo, sino en sus tripas... :)

Petons