Román Gubern
Esta frase resume muy bien lo que en definitiva es el libro de Scotty Bowers y Lionel Friedberg "SERVICIO COMPLETO. LA SECRETA VIDA SEXUAL DE LAS ESTRELLAS DE HOLLYWOOD" que publica Anagrama.
Scotty Bowers relata en sus memorias sexuales, sin buscar el escándalo ni la expiación, una vida llena de sexo, ofreciendo sus servicios y facilitando hombres y mujeres a estrellas de Hollywood con gustos variados.
Con ayuda del periodista Lionel Friedberg relatan deforma amena y divertida esos años llenos de sexo rápido, fácil y prohibido.
Una prostitucion no por tener a personajes celebres menos sórdida y oscura, muy bien definida con una frase estremecedora :
"te pueden pagar mil dólares por un beso pero cincuenta por tu alma".
Bowers, marine durante la segunda guerra mundial relata brevemente su paso por la guerra, haciendo más hincapié en sus aventuras sexuales que en las batallas donde intervino, al acabar la contienda trabajo en una gasolinera a las afueras de Hollywood donde empezara su carrera como "chapero" y alcahuete de estrellas y personajes de la alta sociedad.
El libro se lee como una recolección de anécdotas en la que las estrellas se convierten en seres humanos, personas de carne y hueso, con sus debilidades, vicios y fantasías, perdiendo todo ese halo de glamour que tenían; algunos no son sorpresa como Rock Hudson, Monty Clift o Cary Grant pero uno se sorprende un poco al ver nombres como Walter Pigdeon, George Cukor, Tyrone Power y Vivien Leigh.
Estos no podían permitir que actores de la talla de los arriba mencionados fueran descubiertos o se supiera la naturaleza de su sexualidad porque hubiera sido la ruina para el actor y el estudio, se rompería la magia que tan duramente creo la industria del cine.
Casos curiosos son los de Katherine Hepburn, lesbiana escondida, que pedía chicas morenas para sus juegos sexuales, detrás del foco mediático que suscitaba su ya de por si imposible relación con Spencer Tracy que ocultaba la frustración por no poder divorciarse en litros de alcohol y alguna que otra escaramuza sexual junto a su partenaire fílmica; también se encuentran entre los clientes de Bowers gente de la alta sociedad como los Duques de Windsor o el flemático y depresivo Charles Laughton, casado con Elsa Lanchester que sabia de su homosexualidad después de contraer matrimonio.
En definitiva un libro ameno que se lee de un tirón y engancha por ese morbo que suscita el acto del hedonismo y del descubrir a modo de voyeur lector, la trastienda de la fabrica de sueños que es Hollywood.
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