La voracidad sexual de JFK le llevo, a lo largo de su vida, a tener varias amantes, incluso esta probado el trato con prostituas durante su breve mandato en la Casa Blanca, celebridades, personajes publicos, actrices, mujeres de dudosa reputación, esposas y colaboradoras del gabinete etc engrosan una lista para todos los gustos. Una larga lista que se actualiza con la pronta publicación de las memorías de una de ellas Mimi Beardsley, becaria de la Casa Blanca con 19 años entre 1962 y 1963. Una más de esa larga lista de amantes que tuvo el carismático presidente norteamericano, JFK, a la sombra de su esposa, Jacqueline Kennedy.
Inga Arvad era una llamativa periodista danesa, «el perfecto ejemplo de belleza nórdica».
Fue uno de los líos de faldas del joven Kennedy veinte años antes de llegar a la presidencia. Arvad entrevistaría para la Prensa al entonces casi desconocido JFK, iniciándose una relación con la muchacha, algo más mayor que él y casada. Arvad se casó con la estrella de la televisión Tim McCoy.
Durante la campaña electoral de 1960, Alicia Darr Clark vio que podía ganar un dinero fácil. Artista o prostituta, según la fuente que se consulte, en 1951, había iniciado un romance con Kennedy que, según ella, podía demostrar con cartas y fotografías firmadas por JFK. El FBI se hizo eco de ello y de las declaraciones de Clark a la Prensa italiana sobre el tema. Supuestamente ella habría sido silenciada tras cobrar medio millón de dólares.
Numerosos rumores han señalado a la actriz Angie Dickinson como amante de JFK, pero la actriz nunca ha confirmado ni desmentido la historia. Preguntada por el periodista de CNN Larry King sobre por qué nunca había hablado públicamente sobre Kennedy, Dickinson contestó que «sería inapropiado».
Marlene Dietrich, apenas existen datos de lo que parece ser fue un breve encuentro mantenido en la Casa Blanca tras visitar Washington, Marlene presumió ante su yerno de que su ropa interior «huele a presidente». Lo curioso del caso es que años antes, Dietrich había mantenido una sonora aventura con Joseph P. Kennedy, padre del presidente.
Para muchos la mujer más odiada de la biografía «kennedyana» es Judith Campbell Exner. Campbell era una explosiva morena que no pasaba desapercibida. En diciembre de 1975 decidió contarlo todo de una historia que fue modificando a lo largo de los años, hasta su muerte en 1999.
Unos meses antes su nombre había aparecido en la comisión del Senado encargada de investigar las guerras secretas de la CIA, desvelándose que ella habría servido como enlace entre Kennedy y el jefe de la mafia de Chicago, Sam Giancana.
Campbell afirmaría que ella servía como correo de los pagos de la Casa Blanca a la mafia en sus intentos por asesinar a Fidel Castro.
En 1977 publicó sus memorias «My story», pero una década más tarde corrigió todo lo expuesto en su libro en una entrevista para la revista «People». Cuando murió, hacía tiempo que muchos le habían dado la espalda por sus revelaciones.
Una de las historias más extrañas en la biografía de Kennedy fue el episodio con Durie Malcolm. La extrema derecha estadounidense rumoreo que en 1947, el joven congresista se había casado con una chica de Palm Beach llamada Durie Malcolm. Ésta negaría insistentemente la historia, e incluso JFK desmintió todo eso a través de una charla con Ben Bradlee.
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