Las
nalgas azotadas por sus manos
temblaban
a cada golpe
su
hermoso culo recibía los palos
castigada
por insolente
de
su garganta salían los gemidos
su
sexo tan caliente
fueron
convirtiéndose en gritos
de
su respirar sofocante
aullidos
lentamente silenciados
de
la situación excitante
que
le regalaron sus manos
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