Tuve la suerte de verla en directo hace ya algunos años en un Festival Grec, un verano caluroso refrescado por la alegría y la química que desprendía esta mujer con sus canciones, algunas alegres como el famoso “pata pata”, otras comprometidas con su lucha contra el apartheid como “Khawuleza” y otras un tanto nacionalistas como “Kilimanjaro” donde transmitía ese amor por su país y por su continente. Falleció casi en el escenario, como los grandes artistas. Única, respetada y venerada en África y en Europa, actuaba en un concierto contra la Mafia y la Camorra, a sus años aun cantaba por un mundo libre y justo con la misma ilusión que lo hacia en la década de los 60 cuando el mundo la conoció.
“Mama Afrika” nos deja pero nos deja con un legado y un compromiso, nos deja con la obligación de seguir el camino que ella inicio el único camino que conduce a la libertad total del ser humano, en el que raza, color, credo, sexo o nacionalidad no han de ser obstáculo para ser y desarrollarnos como seres humanos.
1 comentario:
Ciertamente ella nos deja un legado.....mi bello amigo, ¿dónde está el tuyo?....
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