lunes, 30 de mayo de 2011

SPEED, STYLE & BEAUTY.

El arte del automóvil. Obras maestras de la colección Ralph Lauren, abierta en el Museo de las Artes Decorativas de París hasta el 28 de agosto; 17 magníficos coches mostrados en la exposición. No hace falta ser un fanático de los automóviles para dejarse deslumbrar por la belleza de estas máquinas.

Una escogida muestra de esta colección particular, que resume en sí misma buena parte de la historia del automóvil, que se puede ver por primera vez en Europa.



Abre la exposición, una joya extremadamente rara, de una espectacular belleza: el Bugatti 57 SC Atlantic, un modelo de 1938 del que sólo se fabricaron cuatro unidades. Ralph Lauren adquirió el suyo, de un negro brillante, a finales de los años ochenta. Es, al decir de algunos expertos, el automóvil más bello de la historia. Diseñado por Jean Bugatti –malogrado hijo del fundador de la marca asentada en Molsheim (Alsacia)–, el Atlantic fue un vehículo avanzado a su tiempo, capaz de alcanzar los 200 kilómetros/hora. Su línea llama enseguida la atención, en particular su característica espina dorsal –la especial aleación de aluminio de su carrocería obligó a ensamblarla mediante remaches–, que recuerda el Nautilus del Capitán Nemo.

Ralph Lauren ha diseñado un elegante reloj, el Automotive, directamente inspirado en su Bugatti 57 SC Atlantic: los tornillos visibles en su caja de acero, la madera de olmo idéntica a la de la guantera, el disco negro central que asemeja el velocímetro… todo retrotrae a esta leyenda del automovilismo. “Yo estoy constantemente buscando ideas que puedan desarrollar mi visión creativa. Los automóviles han sido siempre un elemento enriquecedor en este proceso”.






El reloj no forma parte de la exposición. Pero quien quiera verlo puede hacerlo en algunas selectas tiendas de moda. Para comprarlo, hay que aportar 9.250 euros…













La muestra sigue un orden cronológico, arrancando con un Bentley Blower de 1929 que participó en tres ediciones de las legendarias 24 Horas de Le Mans –este era el auténtico coche de James Bond según lo imaginó Ian Flemming.









 


Mercedes Benz SSK Comte Trossi (1930).












 





Bugatti 59 Grand Prix (1933)





 


Alfa Romeo 8C 2900 Mille Miglia (1938)














Jaguar XK120 Roadster (1950)







Ferrari 375 Plus (1954)













Jaguar XKD (1955)














Porsche 550 Spyder (1955)








Ferrari 250 Testa Rossa (1958)










Ferrari 250 GT Berlinetta SWB (1960)





En la muestra pueden admirarse un Mercedes Benz SSK Comte Trossi (1930); un Alfa Romeo 8C 2300 Monza (1931); un Bugatti 59 Grand Prix (1933); un Alfa Romeo 8C 2900 Mille Miglia (1938); un Jaguar XK120 Roadster (1950); un Ferrari 375 Plus (1954); el Jaguar XKD (1955), con su característico alerón de escualo; un Mercedes Benz 300 SL Papillon (1955), con sus puertas desplegándose en forma de lepidóptero (también conocido como Alas de Gaviota); un Porsche 550 Spyder (1955); un Jaguar XKSS (1958), y, en fin, los espectaculares Ferrari 250 Testa Rossa (1958), que asemeja un torpedo; 250 GT Berlinetta SWB (1960); 250 GTO (1962), y 250 LM (1964), todos de rojo incandescente.

No le gusta definirse como coleccionista. “Es un divertimento, como los juguetes –explica–, una pasión que no se deja guiar por un criterio sistemático, sino por las sensaciones, los sentimientos”. “Nunca he perseguido comprar coches para impresionar a los demás. Yo me veo más bien conduciéndolos, viviendo con ellos y utilizándolos como si formaran parte de mí –añade–. No los considero como objetos maravillosos que yo poseería y los demás vendrían a admirar. Yo los conduzco y me sirvo de ellos para pasearme con mis hijos”. Conducirlos…


Fuente : La Vanguardia.

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