martes, 13 de septiembre de 2011

mi OBSSESION por SAN MINIATO AL MONTE


En mi anterior viaje a Florencia me quedo pendiente la visita a la iglesia de San Miniato, mi interés por esta iglesia situada en lo alto de una colina cerca del Arno nació al ver la película OBSESSION de Brian De Palma, me enganche a ese extraño magnetismo que desprende al ser vista desde el pie de la escalinata, una escalinata rodeada por un cementerio, su visión en esos tonos grisáceos formados por la famosa niebla que produce el río Arno me cautivaron y fascinaron, las imágenes de Clifft Robertson ascendiendo por ellas no han dejado de atraerme a lo largo de todo este tiempo hasta que por fin este año, en una calurosa tarde de domingo ascendí por los mismos peldaños, sin aun saber que dentro asistiría a uno de los actos litúrgicos más espectaculares que he visto en mi vida y contemplaría la extraordinaria decoración que se esconde tras la magnética fachada.



San Miniato, fue el primer mártir de la ciudad, un eremita que se asentó en Florencia sobre el año 250; los romanos lo decapitaron y, según la leyenda, después de la ejecución, su cabeza fue llevada al monte donde fue enterrada. En este lugar construyeron un santuario y una capilla.


En 1018, probablemente, empezaron las obras para construir la iglesia. El potente gremio del Arte de la Lana pagó la fachada en el año 1090.

 
De estilo románico, con los típicos cuadros de mármol blanco y verde, en el centro de la fachada, hay un mosaico del siglo VII representando al Cristo en el Trono (Pantocrátor) muy típico del románico, mientras bendice a la Virgen y a San Miniato.


El interior de la iglesia, dividido en tres naves, conserva su estructura original. La armoniosa nave central está dominada por la Capilla del Crucifijo. En el altar mayor de la cripta se conservan los huesos de San Miniato. El coro, decorado con un gran mosaico de 1297, está alzado respecto a la cripta y el ábside. En la sacristía hay un ciclo de frescos sobre la vida de San Benedicto, obra de Spinello Aretino, digno de contemplar bien iluminado (1€/5minutos de gloria...); y si en nuestra visita tenemos la suerte de asistir a la misa de los Olivetanos podemos estar seguros de que veremos uno de los actos litúrgicos más auténticos, como un viaje a mil años atrás, cantada y en latín, el incensario humeante crea una atmósfera única, la cripta te pone la piel de gallina al contemplar esas piedras que habrán visto pasar el largo recorrido de buena parte de la historia de la humanidad.

4 comentarios:

angzalais dijo...

Una vez vi la película.

Una vez vi la iglesia.

Una vez y sólo una ambas cosas aunque siempre se puede repetir...creo.

Anónimo dijo...

Como siempre que paso por tu casa me llevo en mi bloc de notas apuntes nuevos, hoy anote próxima visita a la zona de Florencia, ir a la Iglesia de San Miniato. Mi visita a Florencia, en mis dulces tiempos de juventud, se limito al PALAZZO VECCHIO y La CATHEDRAL ("Duomo"), y aunque el palacio entero es un museo y vale la pena visitar, el recuerdo que primero me viene a la mente es la paz que sentí cuando estirada sobre la Plaza frente al Palacio , miraba y contemplaba la Torre. Ella también miraba a lo alto y lucía espléndida sobre la plaza. Cosas sencillas que llenan el alma. Gracias por recordármelo. Cosquillas.

McQ dijo...

Hay cosas que merecen la pena verse más de dos veces... repetir, si ¿Porqué no?

McQ dijo...

Florencia esta vista en un par de días, si no se entra en los museos, hay visitas obligadas en la ciudad pero siempre es mejor dejar alguna pendiente, entonces ni que sea como excusa podemos regresar y volver a disfrutarla.

Saludos.