GASTRONOMIA & JAZZ

Miércoles 6 de agosto; 21.30, reserva para cenar en el Bel-luna, con una amiga y su perra. Motivo de la cena: disfrutar de buena cocina y escuchar un poco de jazz en directo a cargo del trio YES INDEED, se llaman como la famosa canción de Ray Charles, y es que tocan básicamente funky.

El local ciertamente es agradable, buen ambiente, decorado como una típica cava de jazz, diversas fotografiás con grandes del jazz y de la gente que ha ido tocando en la ya larga vida del local y mención aparte merece la sesión fotográfica de Tentesion con su mirada de BDSM y Jazz, que presento gráficamente en un calendario para el 2008.

Luz tenue, local refrigerado, falla un poco en las sillas y mesas, el servicio es atento la carta en sus entrantes en mi opinión es demasiado monotemática, gran surtido de ensaladas y poca cosa más, en los segundos hay una buena variedad, que incluyen carpaccios de ternera y atún rojo, platos considerados mas de entrante, pero que ahora en verano son ideales como segundos, una reducida y poco variedad en postres y una mas que aceptable carta de vinos, destacando por encima de todos sus tintos y en especial los Rioja.

Me decanto por dos segundos, un carpaccio de atún rojo y un rostbeef con puré de patatas acompañado por un Muga Crianza de suave bouquet al paladar y combina perfectamente con lo que al final los tres decidimos para cenar.
El servicio no demora y la elección es acertada, conversando de mil temas, un poco de BDSM, vacaciones y cosas triviales, la compañía es grata, descubrir a esta pareja ha sido de las cosas mas positivas del año, da gusto ver a gente tan joven y con las ideas tan claras, su madurez me deja asombrado.

Entre azote y azote llegamos a los postres, y con él empieza la actuación del trio, la sonoridad del local debería mejorar, pero se agradece un local donde puedes cenar y sin moverte presenciar música en directo; jazz poco, mas funky y blues que otra cosa, con la agradable sorpresa de descubrir y gozar de un batería genial como es Roger Serrahima, su dominio de las baguettas y las escobillas son lo mejor de la actuación y tras dos horas de buen funky es hora de irnos tras pasar una agradable velada y con ganas de repetir.

De vez en cuando entre semana merece la pena sacrificar unas horas de sueño sobretodo si es para compartir con buena compañía.